¿DIY o no? 5 reparaciones comunes que pueden costarte más de lo que esperabas

Antes de nada, seguro que algunos se están preguntando ¿qué es o qué significa “DIY”? DIY es la abreviatura del inglés Do It Yourself, que significa Hazlo tú mismo. Se trata de un término que vino de Estados Unidos y que hace referencia a todas aquellas reparaciones que se llevan a cabo en el hogar sin la necesidad de llamar a un profesional.

Es un hecho demostrado: con el paso del tiempo y el uso continuado las cosas se estropean. Y en el hogar, por mucho que hagamos un buen mantenimiento de instalaciones y superficies, las averías están a la orden del día.

Si eres lo que suele llamar un “manitas”, seguro que te has lanzado más de una vez a arreglar esas cosas que se rompen en casa. El hazlo tú mismo es una interesante actitud para acometer pequeñas reparaciones, ya que nos ayuda a ahorrar.

De hecho, según el estudio Radiografía del comprador de ferretería y bricolaje publicado por AECOC (Asociación de Fabricantes y Distribuidores), el 68 % de la población española realizó algún trabajo de mejora en su hogar durante 2017, y el 50 % de los entrevistados en dicho estudio declararon estar “muy o bastante interesados en aprender habilidades de bricolaje”.

Sin embargo, en ocasiones el DIY en el hogar puede convertirse en un arma de doble filo… Si no tienes los suficientes conocimientos o experiencia para afrontar determinados desperfectos, puede que el remedio sea peor que la enfermedad. Las averías se complican, se producen deterioros mayores y al final la reparación es más costosa que si hubiéramos llamado a un profesional desde el principio.

Como ejemplo, aquí tienes cinco situaciones comunes en las que las reparaciones domésticas pueden disparar los gastos. Te contamos cuándo es buena idea intentarlo por tu cuenta y cuándo es mejor llamar a un experto.

Cambiar un suelo de tarima

¿El suelo de tu casa está muy estropeado y quieres cambiarlo? Lo primero que has de tener en cuenta es que se trata de una reforma en la que hay que invertir una cantidad considerable de dinero, en función del tipo y la calidad del material que elijas. Una manera de ahorrar consiste en colocar tú mismo la tarima.

Aunque no es un trabajo demasiado complicado, sí es necesario tener algunos conocimientos previos para que el resultado sea óptimo. Piensa que si la instalación no está bien hecha, las piezas de la tarima pueden terminar por separarse o combarse, arruinando tu nuevo suelo de forma definitiva.

¿Cómo puedes evitar los gastos inesperados?

La instalación de una nueva tarima puede parecerte un trabajo sencillo y asequible. Sin embargo, tiene sus complicaciones tanto en lo que se refiere a la preparación previa del solado, como a la propia instalación de las piezas, ya sea multicapa o de madera maciza. Pueden surgir imprevistos que dificulten el trabajo y, si no sabes afrontarlos y resolverlos, el resultado será nefasto. Correrás el riesgo de tener que llamar a un experto que corrija los errores.

Por otro lado, si prefieres encargar el trabajo a un profesional desde el principio, el precio es de 32 €/m2 aproximadamente para los suelos de tarima de madera maciza o multicapa, y de 16 €/m2 si la tarima es laminada. La mano de obra profesional cuesta alrededor de 34 €/hora de trabajo.

¿DIY o no?

Dada la complejidad de la tarea, lo mejor es contar con un instalador profesional que realice el trabajo, para evitar gastos importantes.

Eliminar el gotelé de las paredes

Si las paredes de tu casa exhiben como una condena ese acabado ochentero y granuloso, puede que sea hora de renovarlas totalmente. Eliminar el gotelé no es un trabajo difícil, aunque sí resulta extremadamente laborioso. Además, hay una parte del proceso que es más compleja y que hay que saber hacer.

En caso de que te decidas por el DIY y lo quieras hacer tú mismo, ten en cuenta que dejar la pared lisa tiene su dificultad, ya que es necesario manejar la llana con habilidad.

El trabajo consiste en lijar la pared con una lijadora especial que elimine los picos y rugosidades del gotelé, e ir aplicando después varias capas de yeso hasta conseguir que las paredes queden lisas. Por último, es necesario pintar con pintura plástica.

Si no lo haces bien y las paredes no te quedan como te gustaría, un pintor profesional puede cobrar, como precio medio, en torno a 2.200 € por quitar el gotelé (en un piso de 80 m2). A esto hay que añadir los 200 euros, aproximadamente, que supone el coste de reparar los posibles desperfectos causados.

¿Cómo puedes evitar los gastos inesperados?

Existen alternativas para que puedas apostar por el hazlo tú mismo a la hora de acabar con el gotelé de tus paredes. Son procedimientos más sencillos con los que conseguirás mejores resultados.

La primera consiste en cubrir la gota con un producto especial en lugar de lijar las paredes. La pasta cubregotelé (precio: 16,65 €/15 kg) se aplica con rodillo y se alisa con la llana.

Otra opción es trasdosar las paredes con placas de pladur. Después de lijar, se prepara la superficie y se pegan las placas (precio: placas de 240x120 cm: 28,66 €) con pasta especial (precio: 7,95 €/5 kg).

¿DIY o no?

Aunque acudir a un profesional es la opción más rápida y efectiva para eliminar el gotelé de tus paredes, también será lo más costoso económicamente hablando. Si prefieres encargarte tú, puedes cubrirlo con pasta niveladora u ocultarlo con placas de yeso.

Instalar una mampara en el cuarto de baño

Colocar una mampara en el baño es un proyecto que puedes acometer tú mismo, siempre que tengas en cuenta ciertas precauciones.

Hay muchos tipos de mamparas. El precio de un modelo de ducha de cristal en esquina (con dos paneles, fijo y móvil) es desde 247 € sin instalación.

¿Cómo puedes evitar los gastos inesperados?

A la hora de colocar la mampara la dificultad principal estará en nivelar perfectamente la perfilería y conseguir que la mampara sea totalmente estanca. Si no realizas bien alguno de los pasos de instalación, puede que la mampara tenga fugas de agua, un problema que acarreará gastos con los que no habías contado.

Para evitarlo lo mejor es elegir un modelo sencillo, frente a los más complejos, o directamente llamar a un profesional que se encargue de instalarla.

También pueden producirse otros imprevistos. Por ejemplo, a la hora de hacer los taladros en la pared debes cerciorarte de que no hay cables ni tuberías de agua que puedas perforar por accidente, con las consiguientes averías y el gasto adicional que supondría.

¿DIY o no?

Que un instalador profesional se encargue de colocar la mampara en tu baño puede costarte entre 50 y 200 € (precio de la mano de obra) en función del modelo y la complejidad del mismo. Es un coste asequible que, además, te asegura que tu mampara quedará perfectamente.

Poner una nueva toma de corriente

Cuando se producen averías eléctricas de envergadura nadie lo duda; todos llamamos a un electricista. Pero, ¿qué ocurre con esas pequeñas reparaciones que hay que hacer a menudo en una casa? Cambiar un enchufe, poner una nueva toma eléctrica o instalar un punto de luz, sustituir un interruptor… ¿Podemos hacernos cargo nosotros mismos de estos arreglos? Todo depende de los conocimientos que tengamos en materia de electricidad. La red eléctrica del hogar no es algo que pueda ser manipulado por cualquiera, ya que tocar el cableado sin saber puede aumentar el riesgo de sufrir otros problemas mayores, e incluso comprometer la seguridad del hogar.

¿Cómo puedes evitar los gastos inesperados?

Hay varias cosas que hemos de tener en cuenta para evitar sufrir gastos inesperados en nuestros trabajos DIY en materia de electricidad. Por ejemplo, no debemos sobrecargar el circuito eléctrico instalando demasiadas tomas de corriente. Además, hemos de usar diferenciales que controlen las subidas y bajadas de tensión, y comprar siempre materiales homologados (clavijas, cable, interruptores, etc.). Además, en la cocina o en el baño nunca debemos colocar una toma de corriente o un enchufe a menos de un metro de cualquier punto de agua.

En cuanto a los precios, ampliar una red eléctrica empotrada te puede costar unos 80 €/m. A modo orientativo, la mano de obra de un electricista puede costar a partir de 12 €/hora, más unos 30 € de desplazamiento.

¿DIY o no?

Si la reparación es sencilla (como cambiar un enchufe o conectar un punto de luz) podemos hacerla nosotros, siempre con el asesoramiento adecuado. Pero si se trata de una reforma más compleja lo mejor es confiar en un electricista profesional.

Reparar la cisterna del inodoro

Arreglar la cisterna del cuarto de baño no debería ser complicado. Sin embargo, si nos aventuramos a hacerlo sin información ni la formación adecuada, la cosa puede ponerse muy seria. Comienzas por tratar de reparar el latiguillo de la cisterna y acabas por provocar una avería mayor y con importantes daños colaterales. ¿El resultado? El coste se dispara a la estratosfera.

Los mecanismos de las cisternas de los inodoros suelen tener una vida útil bastante limitada. Al final, y debido a su uso constante, terminan por estropearse. Si te ha sucedido a ti, y decides arreglar el percance tú mismo, comienza por detectar dónde está el problema.

¿El agua se escapa de forma constante por el inodoro y el ruido de la cisterna no cesa? Lo más seguro es que se haya roto la válvula de descarga. Para cambiarla, tienes que retirar la tapa de cerámica de la cisterna (ten cuidado, porque pesa lo suyo), desenroscar la válvula de descarga y comprobar el estado de la junta de estanqueidad. Probablemente tendrás que cambiarla.

Cuando el agua entra de manera constante en la cisterna y se escapa por el rebosadero, entonces la avería está en el mecanismo de carga. Corta la llave de paso y procura solucionar el problema cuanto antes para que no se produzca una inundación en toda regla. Lo mismo ocurre si existe una fuga en el latiguillo de entrada de agua a la cisterna.

¿Cómo puedes evitar los gastos inesperados?

En estos casos, lo mejor es llamar a un fontanero. Te evitarás un disgusto y ahorrarás dinero. El precio medio de arreglar el mecanismo de la cisterna del inodoro por parte de un profesional oscila entre 70 y 100 €.

¿DIY o no?

Si has detectado fácilmente el problema de tu cisterna y te parece sencillo, puedes intentar repararla tú mismo. En caso de que la cosa se complique, lo mejor es no esperar demasiado y ponerte en manos de un profesional.