(jardín japonés sin arbustos ni estanque)
(jardín japonés con fuentes y linternas japonesas)
El precio de construir un jardín japonés en casa puede variar en función de la ciudad.
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El precio medio de construir un jardín japonés en casa es de unos 3.000 €.
Un jardín japonés, también conocido como jardín zen, es un tipo de jardín cuyo origen se remonta a la era Heian de Japón (794-1185 d.C.). En Japón se pueden encontrar en parques públicos, viviendas particulares, templos budistas y recintos sintoístas. Sus diseños paisajísticos son muy sencillos y responden a una serie de elementos mitológicos, animistas, filosóficos y geográficos. En general, los jardines japoneses se pueden interpretar de dos maneras: a modo de paisaje, con una serie de islas organizadas en torno a un mar o como una visión del universo desde el punto de vista sintoísta, un gran mar o vacío plagado de islas u objetos.
El precio medio de construir un jardín japonés en casa de 10 m2 con ríos de arena o grava, rocas, plantas y arbustos, un camino y un estanque es de 3.000 €.
El jardín japonés tiene muchos elementos que lo diferencian de los jardines occidentales. Es un diseño simbólico que se articula alrededor de una serie de conceptos obligatorios. Sus características más importantes son:
Los jardines japoneses se dividen en cuatro tipos principales, inspirados en su función y su simbolismo. No todos ellos son adecuados para las casas, aunque se pueden incluir elementos de todos ellos.
El jardín japonés incluye una serie de elementos básicos, destinados a reflejar aspectos simbólicos, estéticos y/o espirituales. Son los siguientes:
En el jardín japonés en casa, los caminos sirven para que el caminante transite por el jardín y lo contemple. En algunos casos, como en el jardín de té, el camino conduce a una edificación. Normalmente los caminos se crean con pasos japoneses desde 5 € la unidad en piedra prefabricada o suelo de madera exterior desde 40 € el m2 instalada. En el proyecto de paisajismo, el camino debe servir para mostrar poco a poco el jardín a quien lo recorre.
Las rocas son un elemento imprescindible en el jardín japonés, especialmente si seguimos el diseño de contemplación o zen, que es el más popular. Simbolizan islas o montañas, dependiendo de dónde se coloquen. Se suelen emplear rocas volcánicas como el basalto, de tonos más bien oscuros y bordes angulosos. En este tipo de jardines, las rocas se colocan sin alterar su aspecto original; es importante que mantengan la forma y las características originales. Sobre todo, se suelen emplear rocas basálticas o volcánicas. Cuando el jardín se realiza en torno a una sola roca, esta representa al Monte Shumi, el centro del mundo según el budismo.
La arena (suna) y la grava (jari) son elementos clásicos de los jardines de los templos budistas y sintoístas. Con el tiempo pasaron a formar parte del jardín japonés más popular, el jardín de contemplación o jardín zen. En general se colocan formando caminos y zonas onduladas, simulando ríos, mares y lagos. Se suelen rastrillar para marcar las ondas del agua. Normalmente son de color blanco, aunque también hay jardines con zonas de grava marrón o gris oscuro de origen volcánico.
El agua es un elemento imprescindible en el jardín japonés, bien de forma real, bien simulada con arena o grava. Es el complemento de la roca: según el budismo, la piedra y el agua son elementos ying-yang que se completan el uno al otro. El jardín japonés tradicional suele tener un estanque de bordes irregulares, nunca rectangulares o redondos, como los occidentales. Si hay dos o más estanques, suelen estar unidos por un canal. En ocasiones se incluyen cascadas y fuentes. Es habitual que haya peces, sobre todo carpas japonesas o koi, una especie sagrada asociada al éxito, el triunfo y la fortuna.
Los jardines japoneses más grandes cuentan con estanques amplios donde incluso puede haber islas, siempre conectadas mediante puentes. Si queremos hacer un jardín japonés en casa, lo normal es simular las islas mediante un lecho de arena o grava (mar o estanque) y rocas (islas). Según el Sakutei-ki, manual clásico de los jardines japoneses, existen distintos tipos de islas: “isla rocosa” con aspecto de haber sido erosionada por el mar, “isla montañosa” con grietas y vegetación, “isla de las nubes” de arena blanca que simula niebla o nubes bajas, etc.
Son un elemento clásico del jardín de paseo, es decir, de los jardines más grandes propios de parques o templos. Por eso no suele ser habitual incluirlos en un jardín japonés doméstico. Los puentes suelen ser de diseño rústico. Según el material del que se construyan, hay dos tipos de puentes: de piedra (ishibashi) y de madera y musgo (dobashi). Atendiendo a la forma, hay puentes planos (hirabashi) y arqueados (soribashi).
Son un elemento muy antiguo de los jardines japoneses, originario de los periodos de Nara y Heian (s. VIII-XII). Su nombre genérico es toro o ishi-doro y están íntimamente relacionadas con el budismo, aunque con el tiempo también pasaron a estar presentes en los templos sintoístas. Su diseño es similar al de una pagoda e incluyen los 5 elementos básicos de la cosmología del budismo, de abajo arriba: chi o tierra (parte que va sobre el suelo), sui o agua, ka o fuego (la zona que alberga la luz o la llama), fu o aire y ku o espíritu. Se construyen con piezas de piedra, cerámica u hormigón.
Hay varios tipos que, a su vez, incluyen otros subtipos. A continuación reseñamos los cuatro básicos:
La vegetación es habitual en los jardines japoneses, aunque es cierto que su presencia no es imprescindible. Las plantas y los árboles se escogen con cuidado según su forma, el color que adquieren las hojas a lo largo del año y su tamaño. Los árboles de estos jardines combinan especies perennes (como el pino y el cedro japonés) y de hoja caduca (como el arce, el cerezo japonés y el sauce) y arbustos (azaleas, camelias, etc.). En general, se considera que las especies perennes simbolizan la estabilidad, mientras que las caducas son un recuerdo permanente del paso del tiempo.
También se utiliza el bambú, por ejemplo, como pared natural para delimitar espacios, y el musgo que evoca la antigüedad. La simbología religiosa y espiritual está presente a través de los pinos, que es símbolo de longevidad, y el loto, que está relacionado con el budismo.
Mención aparte merecen los komatsu y los bonsáis. Los komatsu son árboles pequeños que se retiran cuando superan cierta altura, cambiándose por otros nuevos más jóvenes. Simbolizan la eterna juventud. Los bonsáis, por su parte, son una tradición milenaria en Japón y están presentes en jardines de pequeño tamaño, incluso de interior.
El precio de construir una jardín japonés en casa no es fácil de determinar. Depende de múltiples factores como el tamaño, la complejidad, el diseño, los elementos incluidos, etc.
A grandes rasgos, se suele calcular el precio de configurar un jardín sobre la mitad de lo que cuesta la vivienda a la que acompaña. Por ejemplo, si en una zona determinada una vivienda tiene un precio medio de 300 € el m2, el precio medio de construir un jardín estándar se puede calcular en 150 € el m2. Así, partimos de un coste de unos 1.500 € por un jardín básico de 10 m2 incluyendo excavación, drenaje, plantas, senderos, iluminación, suelos...
Los profesionales encargados de construir un jardín japonés en casa son los jardineros y paisajistas.
Algunos jardines japoneses incluyen estatuas de Buda, como motivo ornamental y espiritual. Pueden estar fabricadas en cerámica, piedra artificial o terracota y ser de distintos tamaños. En ocasiones solo se representa parte de la figura, como el torso o la cabeza. Una estatua de Buda de piedra artificial, de figura completa y unos 70 cm de altura tiene un precio medio de 170 €.
El coste de construir un jardín japonés en casa varía en función de la ciudad. Para obtener presupuestos gratis más específicos, indícanos tu código postal.