La construcción de una casa unifamiliar suele requerir la participación de topógrafos en el proyecto, que suelen ser contratados directamente por el estudio de arquitectos. Su función en estos casos es la de realizar un estudio del terreno, llamado levantamiento topográfico, indispensable para obtener la licencia de edificación. Estos profesionales reproducen la orografía de un terreno sobre una superficie plana, trasladando las altitudes y todos los elementos que se encuentran en él, ya sean recursos naturales o construcciones, y verifican que es adecuado para su fin.

Su trabajo es útil también para realizar nivelaciones, parcelaciones, valoración de fincas, deslindes y replanteamientos urbanísticos. Además, pueden emitir certificados de eficiencia energética de edificios, y actuar como perito judicial.

Los precios de los servicios de un topógrafo son muy variables, y pueden ir de los 300 € que cuesta el levantamiento topográfico de un terreno a los casi 4.000 € de tarifa media por el amojonamiento de una finca de 12.000 m2 con 88 mojones.